Hace algún tiempo, como muchos otros músicos instrumentistas creía que no era necesario cantar, que bastaba con leer y tocar muy bien el instrumento. Hoy en día como director coral me he dado cuenta que esto es un error pues el canto es el complemento indispensable para que el músico logre el más alto nivel en su labor.
Cuando tocas el instrumento estás pendiente de la digitación, de la técnica, la lectura, la partitura, la postura y otras tantas cosas. Cuando cantas por ser la voz el instrumento natural, que hace parte de tu cuerpo te es más fácil concentrarte en lo que nos atañe, es decir, la música.
No se trata de ser cantante profesional, sino a través del canto hallar el contexto, la esencia de los sonidos y su sentido dentro de la obra musical. Algunos dirán, eso también lo hago cuando interpreto mi instrumento, sí, es cierto, pero como ya lo he mencionado hay otros aspectos que estoy atendiendo simultáneamente que en cierta medida desvían mi atención de dicha esencia.
Cuando cantas, el instrumento, es decir la voz, fluye de forma natural, lo que te da la oportunidad de centrar tu atención en la afinación, el ritmo, la frase, la intención, la melodía, la armonía si tu canto es coral. Es tu cuerpo viviendo la música.
Al cantar se permite un mejor desarrollo de la capacidad de atención-escucha, de interiorizar. Los sonidos siempre han de sonar primero en tu cerebro antes de ser reproducidos, la escucha es primordial para un músico, no se puede cantar o tocar lo que previamente no se ha escuchado.
El acto creador del artista viene desde adentro, ha sonado previamente al interior del cuerpo y que mejor herramienta para expresarlo que el canto, desde allí puede ser llevado posteriormente al instrumento externo.
El canto se centra en cinco principios fundamentales que son: La postura, la respiración, la emisión, la resonancia y la articulación, todo ello en busca de acondicionar el cuerpo para que actúe de forma natural y permita un mayor disfrute del canto, situación que se ha de llevar a todos los demás instrumentos.
Haber desarrollado una buena técnica respiratoria no solamente te permitirá desempeñarte en muchos campos eficientemente, sino que beneficiará directamente a tu salud física.
La respiración es la base del canto, tener una excelente técnica respiratoria te permite tener mayor control de tu afinación, conciencia sobre el fraseo y la intencionalidad de la obra. La voz es un instrumento de viento por lo que la técnica a la que hago referencia se relaciona directamente con los otros instrumentos de viento y por ende a los instrumentistas.
Pero, un momento, esto también aplica a aquellos que tocan otro tipo de instrumentos, aunque es cierto en ellos no se insufla aire para que suenen, si es importante que el músico tenga claro que su respiración influye sobre la interpretación que haga.
Por otra parte, el pánico escénico es uno de las situaciones que más afecta a los artistas y una buena técnica respiratoria coadyuba a controlar dicha ansiedad, permitiendo un mayor control sobre la tonicidad muscular, regulando el ritmo cardiaco y permitiendo llevar a cabo procesos mentales con toma de decisiones más asertivas.
El desarrollo de buenos hábitos posturales permitirá una mejor eficiencia en la interpretación de tu instrumento ya que la emisión, la resonancia y la articulación se harán de forma más natural permitiéndote centrarte en la interpretación expresiva.
El canto te brinda experiencias que han de beneficiarte a la hora de interpretar tu otro instrumento, permitiéndote un desarrollo integral en tu formación, apreciación y vivencia de la música. Es por ello que todo músico debe cantar.
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